Historias para sonreir

Préstamo

2011-03-30

Un árabe le pidió dinero prestado a un judío.
El árabe jamás había pagado una deuda en su vida, y el judío jamás había perdido un centavo en nada.

El árabe no devolvía el préstamo y se le había estado escondiendo al judío hasta que un día se encontraron en el bar de un gallego.

Empezaron a discutir, el árabe acorralado, no encontró otra salida y sacó 
una pistola se la puso en la sien y dijo: 

¡Podré irme al infierno, pero no pagaré esta deuda! apretó el gatillo y cayó muerto.

El judío sin ser menos, agarró la pistola, se la puso en la sien y dijo: 

¡Cobraré ese dinero así sea en el infierno! apretó el gatillo y cayó muerto.

El gallego, que observó todo, tomó la pistola, se la puso en la sien y dijo: 


¡Coño, por nada del mundo me pierdo esta pelea!